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Las vibraciones sónicas son transmitidas hasta el intestino, lo que mejora el funcionamiento del aparato digestivo y la eliminación de lípidos, debido a su absorción como fuente energética durante el ejercicio. De esta manera, reducimos la cantidad de grasa, reforzamos el tejido corporal y la circulación sanguínea mejorando así nuestro estado físico e incluso la salud de nuestra piel.
Combinando el ejercicio convencional y el ejercicio vibratorio sónico (EVS), mejorarás el rendimiento de tu musculatura hasta un 30%, el tiempo total de entrenamiento podrá reducirse en un 85 %, y el tiempo efectivo de tu preparación física disminuirá en un 50% ¿Increíble, verdad? ¡Pues es cierto!
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